Por fin ayer tuvimos la cita con nuestro "Doctore Sinestro", después de un ciclo de descanso... y he empezado a tomar Progesterona, para que me baje la regla y poder empezar así con la FIV.
Tuvimos que leernos un buen dossier con todo tipo de detalles sobre el procedimiento, en el cual no limitamos el número de pre-embriones a generar pero sí el número de embriones a transferir (2, y ésto lo elige la pareja, siguiendo las recomendaciones del especialista, evidentemente). También tuvimos que decidir qué hacer con los pre-embriones que sobren, y decidimos congelar algunos y si sobran, donarlos a otras parejas...
Bueno, después de todo el follón del papeleo, empezamos con las recetas... el proceso va a ser el siguiente:
- Progesterona: 7 días para que después baje la regla (ya que en mi caso podría estar tres meses sin la regla).
- Día 2 de regla: empiezo a pincharme 125 de Puregón, y cada tres días voy a hacerme una eco para controlar que todo esté bien y sea la dosis adecuada (evitando así la "hiperestimulación ovárica).
- Álex también tiene que tomar una medicación "Zytromax" los días 2, 4 y 6 de mi ciclo, para evitar posibles infecciones en el esperma.
- Inyectarme Orgalutrán para que los óvulos no se escapen de los ovarios.
- Inyectarme Ovitrelle para que se desencadene finalmente la ovulación.
- Más o menos, entre los días 15-19 del ciclo se sacarán los óvulos a través de una punción (en un quirófano, con sedación... la aguja mide 4 cm, punzarán directamente el ovario... podéis imaginaros el dolor de después). Ese día directamente me cojo el día en el trabajo.
- La parte del laboratorio os la cuento más adelante :)
Pues esto es sólo el principio... ya veis que no es un proceso fácil, ni falto de medicación... y que éticamente hay muchas cosas que pensar, decidir...
Ayer después de esto, nos quedamos en estado de shock... con tanta información, tantos papeles (y eso que ya estaba todo más que leído y releído desde hacía un mes), y la emoción de empezar por fin...
Por la noche, y una vez que tuvimos la cabeza más en su sitio, nos fuimos a celebrar que todavía podemos terminarnos juntos una botella de vino a un restaurante madrileño muy, muy bonito llamado Cornucopia (ahí tenéis la foto)... con un ambiente romántico muy especial, lleno de arte, música y comida espectacular...
¡¡Ahí queda el relato de nuestro comienzo!!
Un abrazo.
S.
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